Un precio altísimo

¿Para qué difundimos el Software Libre? ¿Porque es técnicamente superior al propietario? Esa no es la respuesta que a mi me gusta. Difundo el Software Libre en los ámbitos en que puedo porque es sinónimo de compartir, porque es una forma de hacer éste un mundo un poco mejor, en el ámbito de la informática claro. Y creo que ese fin, el de mejorar este mundo, es el que nos debería mover a todos los que difundimos el Software Libre, y no el hecho de que sea técnicamente superior, lo cual es solo una consecuencia, creo, de que el código fuente esté disponible para todos. No me gusta ese fundamento porque si nos concentramos en que el objetivo es crear software técnicamente superior, entonces si el código cerrado fuera una forma más efectiva de alcanzarlo nos inclinaríamos por éste, perdiendo los beneficios de poner nuestro conocimiento en común. Imagínense un mundo donde compartiéramos todo nuestro conocimiento…

Si realmente ésta es nuestra meta, la de hacer un mundo mejor, entonces no solo deberíamos quedarnos con la difusión del Software Libre, ya que esta difusión no hace que se detenga la muerte de miles de chicos que tienen hambre. No hace que alguien no se drogue, no se alcoholice, no robe, no mate. No forma mejores padres. No nos provee de gobernantes con valores morales, ni nos garantiza gozar de la felicidad de una familia bien conformada, a través de un matrimonio verdadero, al cual hemos llegado con responsabilidad. Y de ésto se trata el post: del matrimonio, donde voy a mostrarles los resultados de un reciente estudio sobre el mismo en Estados Unidos, realizado por The National Marriage Project.


El Papa Juan Pablo II decía que el futuro de la sociedad se fragua en la familia. Y para formar una familia que ayude a un futuro alegre para nuestra sociedad, tenemos que formar antes un buen matrimonio, ya que así se forma una familia. Y para formar un buen matrimonio, tenemos que llevar nuestro noviazgo, es decir, el tiempo que tenemos para conocernos con nuestra pareja, de forma responsable.

En la actualidad esta etapa esta muy desvalorizada entre nosotros, los jóvenes. Muchos piensan no casarse, por ejemplo, quizá por miedo a comprometerse. En realidad no se por qué piensan eso. Alguien con esta idea, ¿me la explica?. Quizá piensan así porque alguien mayor les ha comunicado esta mala experiencia vivida, o al ver la mediocridad en la relación de personas cercanas creen que ese es el futuro al que todos estamos destinados.

Simplemente eso es una mentira. Hay malos ejemplos para ver y hacerse la cabeza, pero también hay buenos ejemplos, de los cuales podemos sacar la conclusión de que es posible formar un matrimonio feliz, y de esta forma no arriesgar un gran porcentaje de nuestra felicidad futura. No hay que ser un genio para darse cuenta de esto, solo hay que saber mirar bien a nuestro alrededor, y ver qué pasa con las personas que no le han dado al matrimonio la importancia que se merece… y no dejarse llevar por las carcajadas en sus rostros, que esconden, en el fondo, a una persona lamentablemente infeliz.

El link al estudio sobre el matrimonio en Estados Unidos que les mencioné es este (y aquí el texto original en inglés). “Los autores del estudio son dos académicos reconocidos por sus trabajos sobre temas de familia y matrimonio: David Popenoe y Barbara Dafoe Whitehead“.

En el artículo, los autores rebaten algunos mitos, como por ejemplo: vivir juntos antes del matrimonio es útil para saber si la pareja podrá durar, evitando así un mal matrimonio y un eventual divorcio. Y concluye: Esto no tiene apoyo alguno en los hechos, observa el informe. De hecho, evidencias sustanciales indican que quienes viven juntos antes del matrimonio es más probable que rompan después de casarse.

Algunas conclusiones muy interesantes:

  • Además de las consecuencias personales, la quiebra del matrimonio y la vida familiar en las últimas décadas ha tenido un grave impacto económico.
  • Las parejas casadas crean, de media, más activos económicos que los creados por parejas similares solteras en cohabitación.
  • Las parejas casadas viven de forma más frugal, si se compara con dos adultos que viven solteros, y también ahorra e invierten más para el futuro.
  • Los hombres tienden también a ser más productivos económicamente tras el matrimonio.
  • El aumento del divorcio también ha dado lugar a más desigualdad y pobreza.
  • El divorcio también significa costes más altos para los gobiernos, debido a factores como los gastos sociales y el aumento de la delincuencia juvenil.
  • Las familias que incluyan a sus propios padres biológicos casados, como afirman todas las evidencias empíricas disponibles, son el ámbito ideal para asegurar los mejores resultados en el desarrollo del niño.

Popenoe, uno de los autores, se pregunta cómo reparar la quiebra en el matrimonio y la familia: Una forma de hacerlo es a través de una transformación cultural gracias a la religión. Con el paso de los años, continúa Popenoe, los Estados Unidos y otros países se han vuelto cada vez más laicistas e individualistas.

El artículo en Catholic.net concluye con unas palabras de Benedicto XVI:

El Papa Benedicto XVI afirmaba que «la Iglesia promueve que la familia sea de verdad el ámbito donde la persona nace, crece y se educa para la vida, y donde los padres, amando con ternura a sus hijos, los van preparando para unas sanas relaciones interpersonales que encarnen los valores morales y humanos en medio de una sociedad tan marcada por el hedonismo o la indiferencia religiosa».

Necesitamos asegurarnos de que la familia sobreviva y esté una vez más en el centro de la sociedad, urgía el Papa.