El sufrimiento

Estos días terminé de leer un capítulo de Crónicas de Narnia, La silla de plata, donde se narra un episodio que me movió a escribir este post. En muchas historias aparecen personajes que me dejan pensando, y despiertan en mí un gran interés y curiosidad. Es el caso de Ivy Walker y Lucius Hunt en La Aldea o de Mr. Leeds en La Dama en el Agua.

En esta historia que transcurre en Narnia, ese personaje es Charcosombrío, un meneo de la Marisma, que resulta al principio un poco pesimista, pero a veces parece ser el más sensato. Dada una situación, se imagina siempre lo peor que pueda pasar, pero le pone la mejor cara. Más adelante Jill le dirá: “… hablas como si tuvieras miedo de todo, cuando en realidad eres tan valiente como… como un león”.


El aroma “dulce y soporífero”, producto de un polvo verde que había arrojado al fuego, y una música que salía de un “rasgueo constante y monótono” de una especie de mandolina, les dificultaba el pensamiento. Con estos instrumentos, la Dama de la Saya Verde intentaba confundir a Jill, Scrubb, Rilian y al meneo de la Marisma, y los hacía dudar de la existencia de las cosas más reales: Narnia, el Sol, y hasta del propio Aslan.

Entonces el que en algunas ocasiones era pesimista pero que resultaba siendo el más valiente, Charcosombrío, que luchaba con todas sus fuerzas contra el hechizo, se dirige al fuego y con una de sus patas intenta apagarlo, logrando que el aroma adormecedor, junto con el efecto soporífero que producía, disminuyera en gran parte, aunque al precio de un gran dolor en su pie por la quemadura.

Todo este resumen de la situación es para mostrarles una frase del autor sobre esto que acababa de hacer el personaje: “… En tercer lugar, el dolor hizo que a Charcosombrío se le aclararan las ideas por un instante y eso le permitió saber lo que realmente pensaba. No hay como una buena punzada de dolor para disolver ciertas clases de magia”. Las historias de Narnia están llenas de estas moralejas simples pero enriquecedoras, en este caso la presentación del dolor como algo que no sólo tiene un aspecto negativo.

César me recomendó hace un tiempo un blog de alguien llamado Anibal Cuevas. En una serie de posts, el autor habla sobre cuatro experiencias que Lewis plantea para acercarnos a Dios. Una de ellas es la experiencia del sufrimiento, entendiendo a éste más como dolor moral (angustia, tribulación) que como dolor físico.

Algunas palabras del blogger:

… Obviamente hay que intentar evitar el dolor pero es un hecho que nunca se podrá evitar y eliminar del todo. Cuando esto ocurre, cuando no se puede eliminar la solución pasa por encontrarle sentido. El dolor saca al hombre de su tranquilidad y le hace plantearse preguntas de fondo que exigen respuestas. Muchas personas han encontrado a Dios en esta situación.