El Matrimonio

Recién terminamos la reunión de comunidad en mi departamento. Hablamos sobre los distintos estados de vida que hay en la Iglesia, ya que nos tocó realizar el 3er encuentro del Proyecto Vocacional 2009, que tenía como título ¿Dónde hacemos concreta nuestra entrega?

Esos tres estados de vida son el Matrimonio, el Sacerdocio y la Vida Consagrada. Me encantó el texto que hablaba sobre el sacramento del Matrimonio, y quería compartirlo con ustedes. Ahí va.

Y así resulta que tú eres para mí el sacramento, la posibilidad de encuentro con el amor de Dios, y yo lo soy para ti. Es Él quien en mí te ama, te comprende, te perdona… Y nunca soy más yo, más plenamente yo, que cuando es Él quien con mi vida, mis manos, mis labios y mi corazón se acerca a ti.

Y no termina aquí la realidad de este sacramento. Tú y yo, marido y mujer, somos sacramento para nuestros hijos. El primer “lugar” desde el que nuestro buen Dios se les va a acercar, les va a llamar, bendecir, proteger, hacer libres…

Y aún más: nuestro hogar, esta “primera” Iglesia, deberá ser para cuantos allí lleguen, posibilidad de encuentro con Dios. Un “lugar” desde el que nuestro Señor pueda acoger, comprender, escuchar y atender a cuantos vengan.

Él será en mí para ti la fuerza del don sin reservas, del perdón permanente, de la comprensión y de la ternura, de la exigencia y de la fidelidad. Él será en mí todo para ti y en ti todo para mí. El será cada día en mí una nueva oportunidad para ti, porque Él en mí siempre cree en ti y te espera y te ama.

Y los dos lo seremos para nuestros hijos y nuestro hogar lo será para todos.