GNU/Linux y el disco duro

Hace unos meses salió una noticia, por varios medios, que apuntaban a Ubuntu un supuesto problema con los discos duros de las laptops.

Investigué un poco (sólo un poco) sobre los discos duros modernos. Los nuevos discos tienen una tecnología “load/unload”, en contraposición con CSS (Contact Start-Stop). En ésta última, las cabezas de los discos, al no estar éste en uso, quedan sobre la superficie del disco. Si hay movimiento de la laptop cuando ésta está encendida por ejemplo, esas cabezas pueden dañar el disco, entre otros problemas que tiene esta tecnología. En cambio con “load/unload”, la cabeza se mueve a un área especial, reduciendo el riesgo de dañar la superficie. En una laptop (móvil) esto es beneficioso. Otras ventajas son una mayor densidad de datos en los discos, mayor durabilidad (lo que dije antes) y menor consumo de energía.

Hay un límite en la cantidad de estos movimientos que un disco puede hacer, después del cual pueden aparecer problemas. Generalmente los discos duros actuales soportan unos 600.000 (más algunos, menos otros).

En la página del bug de Ubuntu, se menciona la experiencia de una persona con GNU/Linux y estos discos duros. Fea experiencia. En aproximadamente 2 años, usando dos laptops, una como servidor y la otra como workstation, tuvo que cambiar el disco rígido 4 veces. Otro tipo, como se puede leer en este comentario, perdió su disco en sólo 7 meses.

Recién estaba en Ubuntu Gutsy, la distro que utilizo, y el disco realizaba estos movimientos bastante seguido (no saqué cuentas, pero era mucho). Hay veces que parece tranquilizarse un poco, pero en algunos momentos, en un período de 10 minutos, realiza aproximadamente 20 de estos movimientos. Reinicié en Windows Vista Home Premium (que vino con la compra de la laptop), y ahora estoy escribiendo el post allí. El disco se encuentra mucho más tranquilo. Realiza esos movimientos de la cabeza, pero no tan exageradamente. Además la temperatura se mantiene normal (45-48 grados). Todo esto me da un poco de bronca, la verdad.

Bueno, creo que este post será más que interesante para los que usan el sistema operativo del pingüino en sus laptops.

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Caso “La Sapienza”

Hace unos días leía en LANACION.com el escándalo ocurrido en la Universidad de Roma “La Sapienza” (que fue fundada por el Papa Bonifacio VIII en 1303). Escándalo protagonizado por 67 profesores de esa universidad (nunca se mencionaba que en ella trabajan unos 4767, por lo que eran un grupo claramente minoritario).

Otra cosa de la que se hablaba (el artículo fue escrito por Elisabetta Piqué) es sobre un supuesto “dogma de la cosmología católica”. ¿Qué Papa o qué Concilio, y en qué fecha, estableció el “dogma de la cosmología católica”? Como decía Tarciso Bertone al hablar de los medios de comunicación y su cobertura en cuestiones religiosas: “No es que los periodistas ignoren los temas religiosos, es sólo que falta calidad en la cobertura”.

Otro “dato” de LANACION: Uno de los argumentos de estos profesores para rechazar al Papa, era que en 1990 Joseph Ratzinger dijo: “En la época de Galileo la Iglesia permaneció mucho más fiel a la razón que el mismo Galileo. El proceso contra Galileo fue razonable y justo”. Punto. Ese es el dato. Lo que no dicen estos profesores, ni LANACION, es que esas palabras fueron citadas por el cardenal Ratzinger, pero pertenecían al filósofo de la Ciencia Paul Feyerabend. El ahora Papa Benedicto XVI la había citado únicamente para ilustrar la posición de la Iglesia sobre Galileo.

Este caso es bastante parecido a lo que pasó en Ratisbona con los musulmanes, “donde una cita medieval, sacada de contexto, desató las iras del Islam radical”.

Como una vez dije en este post, voy a seguir tomando lo que leo de diarios sobre religión con guantes y pinzas.

Termino con unas citas:

  • Giorgio Israel, matemático judio, profesor de la Universidad de Roma “La Sapienza”:

Es sorprendente que quienes han escogido como lema la célebre frase atribuida a Voltaire -“lucharé hasta la muerte para que tú puedas decir lo contrario de lo que pienso”–, se opongan a que el Papa pronuncie un discurso en la universidad de Roma “La Sapienza”.

  • Dario Fo, premio Nobel de Literatura:

Estoy contra todo tipo de censura, pues el derecho a la palabra es sagrado.

  • El corresponsal de ABC en Roma:

El grupo de profesores de Física que comenzó la protesta acusando al Papa de haber atacado a Galileo ignora que fueron precisamente Juan Pablo II y el cardenal Ratzinger quienes rehabilitaron en 1992 al astrónomo italiano.

En sus veinticinco años de profesor universitario y en otros tantos en Roma, Joseph Ratzinger ha promovido siempre el entendimiento entre la fe y la razón.