Los medios y la religión no suelen tener una fácil relación. No es que los periodistas ignoren los temas religiosos, es sólo que falta calidad en la cobertura. El cardenal Tarcisio Bertone, secretario de estado del Vaticano, llamaba la atención sobre ciertas discrepancias.
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El cardenal también decía que se dio información falsa del discurso de Regensburg de Benedicto XVI, del pasado septiembre, con una atención indebida a una cita del Papa a lo que un emperador bizantino decía sobre los musulmanes. El discurso en realidad era una discusión sobre el papel que Dios juega en la sociedad.
«Los comentaristas que sacan frases de su contexto en una extrapolación engañosa ejercen su labor de forma deshonesta», afirmaba el cardenal Bertone.
Es una de las partes de un excelente texto sobre los medios de comunicación al tratar temas relacionados con la Iglesia Católica.
En otra parte menciona un artículo del Times de Londres, donde se habla de un libro, “El evangelio según Judas”, en el que se afirma que «Jesús no volvió el agua en vino, ni calmó la tormenta en el Mar de Galilea ni anduvo sobre los aguas». Dicho artículo dice que el mencionado libro está aprobado por el Vaticano… pero eso no es verdad.
Sobre el documental “La tumba de Jesús” emitido por Discovery Channel:
Pronto se examinó la excesiva atención dada por los medios al documental. El Washington Post informaba el 28 de febrero que el arqueólogo bíblico William Dever afirmaba del sensacionalismo que rodeaba el documental: «Sólo pienso que es una vergüenza la forma en que esta historia está siendo inflada y manipulada».
«Es un truco publicitario, y hará a estos chicos muy ricos, y afectará a millones de personas inocentes porque no saben lo suficiente para separar los hechos de la ficción».
El texto finaliza con una muy buena reflexión:
La lección aquí, como dice el Catecismo de la Iglesia Católica, es que «los usuarios deben imponerse moderación y disciplina respecto a los mass-media» (No. 2496). Quienes usan los medios, continúa, «Han de formarse una conciencia clara y recta para resistir más fácilmente las influencias menos honestas».
El Catecismo advierte con razón a los fieles en contra de la pasividad en relación a los medios, y recomienda que sean consumidores vigilantes de lo que se dice o se muestra. Dado el comportamiento reciente de los medios sobre la religión, es una sabia recomendación.
Sinceramente, tengo la costumbre de que cuando leo en algún diario noticias relacionadas con religión, lo tomo con guantes y pinzas.
Es muy oportuno recordar una frase de Antonio Forzón Gómez, doctor en literatura: “Es mucho más fácil leer El Código Da Vinci, a leer el Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica. La letra es más grande.”