Cambiar

Hay un lamento que se escucha por todas partes: ¡los tiempos que vivimos son duros, pesados y miserables! Vivamos rectamente y cambiaran nuestros tiempos. Los tiempos no hieren a nadie. Los heridos son hombres; los causantes de las heridas, hombres también. Cambiemos nosotros, los hombres, y cambiaran nuestros tiempos.

Las palabras son de San Agustín (Sermón 311,8,8)