¡Feliz Navidad!

Mis más sinceros deseos de felicidad para todos ustedes. ¡Dios los bendiga!

La misma razón del hombre, en efecto, lleva inscrita la exigencia de “lo que vale y permanece siempre”. Esta exigencia constituye una invitación permanente, inscrita indeleblemente en el corazón humano, a ponerse en camino para encontrar a Aquel que no buscaríamos si no hubiera ya venido. En él encuentra su cumplicimiento todo afán y todo anhelo del corazón humano. La alegría del amor, la respuesta al drama del sufrimiento y el dolor, la fuerza del perdón ante la ofensa recibida y la victoria de la vida ante el vacío de la muerte, todo tiene su cumplimiento en el misterio de su Encarnación.

Benedicto XVI.

Y para citar también a Luigi Giussani: “La conciencia del Misterio presente convierte nuestra vida en una corriente continua de novedad”.